Ella vaga errabunda por el bosque de noche
Ella es un suspiro y una sombra, de un ser que nunca luchó
Se doblega y llora silenciosa, una gran pena que no puede expresar
Ella calla, calla el dolor y todo el sufrimiento que contiene su pecho herido
Ella tiene los ojos más tristes y solitarios que he encontrado jamás
En ellos he visto una noche opresiva, una oscuridad pendenciosa, una niebla inescrutable
Ella camia sola, sus pies descalzos apenas rozan el pasto, flotando sobre lagunas y ríos, se desliza hacia la eternidad
Los suaves mechones negros enmarcan su blanco rostro, bello, si, es bello, aunque ella no lo sepa, su hermosa figura gira en el aire, se deja llevar por el viento como las hojas de otoño, se deja empapar por la lluvia en verano, la nieve la cubre toda en invierno, y así flota en un mar de imágenes mentales que ya no reconoce, así la reencontré yo, perdida, mi bella dama elfo fría y olvidada, herida.
Con la primavera las hojas germinan en su cabello, las enredaderas reptan por sus delicadas piernas y los pétalos de las flores se posan suavemente sobre sus espesas pestañas negras, Bajo las cuales yacen dos espejos vacíos que nada reflejan, nada hay allí dentro salvo su locura, la lenta muerte, y el vago recuerdo de un ser que la olvidó ya hace mucho.
