Sobre la técnica, es acuarela, marca ATL, no la recomiendo a nadie por que el pigmento se seca dentro del tubo no bien se ha abierto, y para el efecto de las alas utilízé sal en grano, esta se aplica sobre el pigmento bien cargado en el papel cuando aún está húmedo. La acuarela tiene sus mañas y su propia personalidad difícil de domar, pero es solo cosa de agarrarle práctica, y una vez que se ha agarrado maña, cosa que se logra solo con paciencia, resulta muy bella y con infinitas posibilidades si se está dispueso a experimentar y arriesgarse. Esta fue mi primera acuarela, nunca había intentado esta técnica y me gustó mucho el resultado, invito a cualquiera que lo esté dudando a intentar usarla también.
Esta acuarela fue realizada hace ya un año, como proyecto de clase y como regalo de cumpleaños para una amiga muy querida, la cual conocí hace tres o cuatro años cuando tomaba clases de francés. Hace ya casi un año que no la veo ni sé de ella, ya pasó su cumpleaños de nuevo y aunque la extraño, no hemos logrado concretar una fecha para reunirnos. La última vez que la ví fue pocos días después de que falleciera mi madre, recuerdo esto como un evento muy emotivo pero que me sigue dando fuerzas para seguir adelante. Cosa curiosa, respecto a esos días no recuerdo muchas cosas, el día del funeral perdí el reloj que me había prestado un exnovio, regalo de su bisabuelo,-perdí el tiempo del pasado- y he olvidado casi todo lo referente a ese día, las personas que conocí o las cosas que me dijeron, los ventos que sucedieron para mí son solo imágenes, como una película muda, no recuerdo nada de sonido. También he olvidado los días posteriores, de ese reencuentro con ella, sé que fue importante para mí y que me ayudó mucho y pensar en la charla que tuvimos en un café que ella me enseñó me reconforta profundamente, pero no logro recordar lo que me dijo. Recuerdo, recuerdo, recuerdo...
Hay detalles que no se olvidan sobre las personas, que quizá cambien con el tiempo, pero en mi caso, suelo rememorar con afecto y relacionar con la persona querida. Sobre ella, su gusto por las estrellas, el color morado, las hadas y creo recordar que los tulipanes, sin embargo aveces la memoria me falla y aún espero reencontrarme con ella, una persona alegre con la que nunca faltaban las risas. Un hada, ella es un hada.
Es increíble como depués de una pérdida se divide el tiempo, la vida que llevaba antes de que se fuera mi mamá me parece opaca y lejana, como un sueño, y comienzo a olvidar momentos de mi vida, siendo que antes me preciaba de ser alguien que recordaba con lucidez mi pasado y mi infancia.
Samantha, o Zassy, como se apodaba, fue una gran amiga, sin embargo, lo que he aprendido a mi corta edad en mi poca experiencia es que uno no puede conservar a las personas para siempre más que en su memoria. Los seres humanos somos transitorios en la vida de los otros, y hay que saber dejar ir a las personas sin rencor ni remordimiento. Cosa que a mi me cuesta demasiado trabajo, el dejar ir a alguien, ya que me aferro muy fuertemente a quienes me rodean y no sé asimilar el hecho de que no siempre estarán a mi lado. En algún momento quizá desaparezcan de mi vida amigos, familiares, parejas, y estoy tratando de aprender a tomar esta realidad con entereza.
Aunque espero vovler a conversar con esta amiga, existió al menos otra que me fue aún más cercana y allegada, la cual desapareció casi por arte de magia por completo de mi vida. Casi niñas cuando compartíamos tiempo, durante la secundaria fuimos muy íntimas junto con otras dos amigas, (las cuales aún conservo y forman parte de mi familia) de personalidad complicada y caprichosa, egoísta. La busqué en Facebook y no la encontré, realmente no me propuse buscarla bien ya que no deseaba del todo volver a contactarla, ya que tuvo facetas desagradables. Sin embargo aún guardo recuerdos agradables de ella, son con los que me prefiero quedar, y fue por esos recuerdos que, al encontrarla por casualidad en el Facebook, decidí enviarle un mensaje, sin grandes esperanzas de que me contestara. Y resutló que sí, respondió, una nota llena de dramatismo y egocéntrismo, y yo solo pensé para mi misma con una sonrisa: ella es la misma. Algunas personas nunca cambian. A otras la vida nos hace cambiar con cada segundo que pasa.