lunes, 12 de septiembre de 2011

A la Luna, A ella

Mi primer grabado en linóleo, en memoria de mi madre, ya son seis meses desde que se fue a vivir a a la luna. Planeaba regalárselo para que lo colgara en su consultorio, y allí es donde estará colgado.
Esta noche, con la luna llena observándome desde el cielo y las estrellas de compañía, ella me cuida.

Si la luna es un velo que cubre tu rostro blanco
la noche es el cabello que nace de tus sienes
y las estrellas tus ojos bondadosos
que me observan cuidadosos
desde el cielo alto

Si tu belleza perdura en mi memoria
Pues no se marchitó nunca tu hermosura
quien hubiera sabido si Beethoven tocaría a tu presencia
Más que a tu ausencia, en la que te has inmortalizado
Etérea

Si fuiste mi mejor amiga
y en un mar de tortugas y sal
te has convertido en espuma
como la pequeña sirena
cuyo destino fatal ocultaste a mi mente infantil

Avida de cuentos, de fantasías e historias
soy la niña huerfana que dejaste crecer bajo tu manto
a la que enseñaste a leer como mayor tesoro, por siempre lo guardo

Y si grito al infinito sobre mi cabeza reclamando
es por que te extraño
y a la caricia añorada
de la mano siempre fresca ante la fiebre
siempre cálida ante el frío
Tú, por siempre amada
Mi madre adorada.