sábado, 24 de diciembre de 2011

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Desperté este día sin ti, y entre tu sangre encontré las piezas separadas de tu rompecabezas genético. Que impresión ver tus largas manos en otros brazos, tu grueso pelo negro enmarcando otro rostro, tu nariz, tus ojos, tu boca y hasta tu humor en otras mujeres que honran tu apellido. Que bella eras.